Relieve
El Departamento Punilla se halla enclavado en el ambiente de las sierras pampeanas, siendo el núcleo departamental el valle longitudinal homónimo, que se recuesta sobre el faldeo occidental de la Sierra Chica. Al noroeste, una porción del departamento está conectado con el bolsón de Cruz del Eje, mientras que al sur del cordón de Santiago, que une a la Sierra Chica con el macizo de Achala, queda otro pequeño sector conectado al sistema del río Anizacate.
Tanto el relieve como el clima y las redes de drenaje, cuanto la distribución de la vegetación y los asentamientos humanos, se hallan estrechamente vinculados y obedecen a un patrón ambiental dado por las unidades morfoestructurales.
De oeste a este se pueden identificar tres unidades: vertiente oriental de las Sierras Grandes, que ocupa un 70% de la superficie departamental, valles longitudinales de Punilla y San Marcos, con un 20% de dicha superficie, y faldeo occidental de las Sierras Chicas con un 10% de ese total.
- Vertiente Oriental de las Sierras Grandes.
Desciende suavemente al este desde las Cumbres de Achala y de Gaspar. Tiene su punto culminante, para este sector, en el Cerro Los Gigantes de 2.380 m. Su constitución geológica es de rocas graníticas del núcleo de las sierras grandes o centrales de la Provincia. Hacia el norte y oeste entra en contacto con rocas metamórficas de medio a alto grado, llamadas cristalofílicas. Sobre este basamento se hallan depósitos léxicos, areno arcillosos, a veces interrumpidos por afloramientos rocosos o por suelos residuales formados por la desintegración de estas rocas.
Estos relieves más o menos llanos, de cierta extensión y con cubierta herbáceo reciben el nombre de pampas, de norte a sur crecen sus alturas, y así encontramos las pampas de Olaén, de 1000 a 1500 m, la de San Luis, con 1900 m, y la de Achala a 2000 m.
Hidrografía
Se hallan concervadas por los valles y quebradas de los principales ríos que nacen en las zonas lluviosas de las Sierras Grandes, entre el núcleo de los Gigantes y el Cerro Lindero. Estos cauces escurren hacia el este, y son, de sur a norte:
- Río del Condorito y río de la Suela, que forman el Anisacate.
- Río Icho Cruz y río Malambo, que forman el río San Roque al unirse con el río San Antonio, y por este llegan al Lago San Roque.
- Río de Los Chorrillos y arroyo de Las Mojarras que drenan directamente al Lago San Roque.
- Río Yuspe, que junto con otros menores llega al río Grande de Punilla o San Francisco, también afluente del lago San Roque. En esta parte de la cuenca, encontramos en el curso de este último río las presas de Portecelo y de La Falda, de un volumen de embalse de 0,12 y 0,8 hm3 respectivamente.
En la parte norte, el relieve está interrumpido por las Sierras del Perchel y Cuniputu, que dan origen al valle longitudinal del río Pintos, que drena hacia el embalse de Cruz del Eje. Sobre este sector existen pocos asentamientos humanos. Los recursos son: el pastizal de altura, que sustenta la ganadería bovina y ovina, la minería, de calizas, no metalíferos (principalmente cuarzo, mica, feldespato y berilo), metalíferos (como el tugsteno o wolfram) y radiactivos en el gran distrito uranífero de Los Gigantes. La erosión de los escasos y susceptibles suelos del área, constituye un grave problema, que a más de restar terrenos al pastizal y bosquecillos de altura colmata los lagos de embalse disminuyendo su capacidad y vida útil. La acción erosiva se ve agravada por la tala y el pastoreo en áreas boscosas.
- Valles Longitudinales de Punilla y San Marcos.
Es la unidad más densamente poblada, allí se encauzan las aguas de casi toda la red hídrica de la región. Se extiende de sur a norte, desde la dorsal de las Cumbres de Santiago, a través del valle del río San Antonio, el lago San Roque, el valle del San Francisco o Grande de Punilla y luego de la dorsal de la Cumbre sigue por el valle del río Dolores. Finalmente se encuentra con la estructura de las Sierras de Copacabana, Pajarillo y Masa, y entonces tuerce al noroeste por el valle del río San Marcos que desagua al embalse de Cruz del Eje. Uno de los tributarios de este río es el San Ignacio que a su vez recibe las aguas del San Jerónimo que en las cercanías de La Cumbre mediante la presa del mismo nombre forma un pequeño embalse (0,16 hm3) para abastecimiento de agua potable.
Constituye una faja larga y estrecha, de relieve deprimido, asimétrico, interrumpida por los contrafuertes estructurales que sirven como divisorias de aguas. Comprendida entre la penillanura de la Sierra Grande, y al borde abrupto de la Sierra Chica, se halla cubierta por depósitos aluvionales interdigitados con los depósitos de piedemonte de la Sierra Chica. Se caracteriza por fértiles suelos planos, cubiertos por el bosque serrano y por pastizales inducidos por la quema del arbustal de altura o la tala del bosque serrano.
El Departamento Punilla, constituye el valle serrano más importante por sus dimensiones (70 Km de longitud) y por la importancia de la actividad humana, de la que surgen los principales problemas ambientales, fundamentalmente en lo referido a la contaminación de las aguas de sus ríos, que son embalsadas en el Lago San Roque, el cual a su vez abastece, por el río Primero, su emisario, a la población de la ciudad de Córdoba. Además, con la urbanización del paisaje, hay procesos erosivos por desmontes y trazado inadecuado de vías de circulación, lo cual implica una pérdida en la calidad del paisaje y por consiguiente, en sus atractivos turísticos.
- Faldeo Occidental de las Sierras Chicas.
Constituye una estrecha faja de relieve abrupto que caracteriza a los bordes occidentales de nuestras sierras, y es consecuencia de la actividad geotectónica de la gran falla de Punilla.
Es muy notoria la ruptura de la pendiente, entre el valle y la cumbre de las sierras, las que se alinean de suroeste a noreste, desde el valle transversal del río Anisacate hasta la profunda quebrada del río Primero; de allí toma rumbo al norte hasta el nudo orográfico del cerro Uritorco, máxima altura del cordón oriental cordobés, con 1.950 m (s.n.m.), para luego bifurcarse en la Quebrada de Luna y torcer al noroeste por las cumbres de Copacabana, Pajarillo y Masa. Excepto estas últimas sierras, constituidas por sedimentos areno-conglomerádicos rojos del período cretácico, el resto de las sierras está formado por rocas cristalofílicas, coronadas en algunos sectores por retazos de conglomerados cenozoicos y más excepcionalmente por pequeños afloramientos volcánicos cretácicos.
Aquí los riesgos de erosión son mayores dada la mayor pendiente del relieve, y el manejo que se hace de la vegetación entre cuyas prácticas se destaca la tala del bosque serrano para uso de leña en hornos de cal y la quema intencional y accidental de los pastizales para eliminar los pastos duros, menos palatables para el ganado.
El Departamento Punilla se halla enclavado en el ambiente de las sierras pampeanas, siendo el núcleo departamental el valle longitudinal homónimo, que se recuesta sobre el faldeo occidental de la Sierra Chica. Al noroeste, una porción del departamento está conectado con el bolsón de Cruz del Eje, mientras que al sur del cordón de Santiago, que une a la Sierra Chica con el macizo de Achala, queda otro pequeño sector conectado al sistema del río Anizacate.
Tanto el relieve como el clima y las redes de drenaje, cuanto la distribución de la vegetación y los asentamientos humanos, se hallan estrechamente vinculados y obedecen a un patrón ambiental dado por las unidades morfoestructurales.
De oeste a este se pueden identificar tres unidades: vertiente oriental de las Sierras Grandes, que ocupa un 70% de la superficie departamental, valles longitudinales de Punilla y San Marcos, con un 20% de dicha superficie, y faldeo occidental de las Sierras Chicas con un 10% de ese total.
- Vertiente Oriental de las Sierras Grandes.
Desciende suavemente al este desde las Cumbres de Achala y de Gaspar. Tiene su punto culminante, para este sector, en el Cerro Los Gigantes de 2.380 m. Su constitución geológica es de rocas graníticas del núcleo de las sierras grandes o centrales de la Provincia. Hacia el norte y oeste entra en contacto con rocas metamórficas de medio a alto grado, llamadas cristalofílicas. Sobre este basamento se hallan depósitos léxicos, areno arcillosos, a veces interrumpidos por afloramientos rocosos o por suelos residuales formados por la desintegración de estas rocas.
Estos relieves más o menos llanos, de cierta extensión y con cubierta herbáceo reciben el nombre de pampas, de norte a sur crecen sus alturas, y así encontramos las pampas de Olaén, de 1000 a 1500 m, la de San Luis, con 1900 m, y la de Achala a 2000 m.
Hidrografía
Se hallan concervadas por los valles y quebradas de los principales ríos que nacen en las zonas lluviosas de las Sierras Grandes, entre el núcleo de los Gigantes y el Cerro Lindero. Estos cauces escurren hacia el este, y son, de sur a norte:
- Río del Condorito y río de la Suela, que forman el Anisacate.
- Río Icho Cruz y río Malambo, que forman el río San Roque al unirse con el río San Antonio, y por este llegan al Lago San Roque.
- Río de Los Chorrillos y arroyo de Las Mojarras que drenan directamente al Lago San Roque.
- Río Yuspe, que junto con otros menores llega al río Grande de Punilla o San Francisco, también afluente del lago San Roque. En esta parte de la cuenca, encontramos en el curso de este último río las presas de Portecelo y de La Falda, de un volumen de embalse de 0,12 y 0,8 hm3 respectivamente.
En la parte norte, el relieve está interrumpido por las Sierras del Perchel y Cuniputu, que dan origen al valle longitudinal del río Pintos, que drena hacia el embalse de Cruz del Eje. Sobre este sector existen pocos asentamientos humanos. Los recursos son: el pastizal de altura, que sustenta la ganadería bovina y ovina, la minería, de calizas, no metalíferos (principalmente cuarzo, mica, feldespato y berilo), metalíferos (como el tugsteno o wolfram) y radiactivos en el gran distrito uranífero de Los Gigantes. La erosión de los escasos y susceptibles suelos del área, constituye un grave problema, que a más de restar terrenos al pastizal y bosquecillos de altura colmata los lagos de embalse disminuyendo su capacidad y vida útil. La acción erosiva se ve agravada por la tala y el pastoreo en áreas boscosas.
- Valles Longitudinales de Punilla y San Marcos.
Es la unidad más densamente poblada, allí se encauzan las aguas de casi toda la red hídrica de la región. Se extiende de sur a norte, desde la dorsal de las Cumbres de Santiago, a través del valle del río San Antonio, el lago San Roque, el valle del San Francisco o Grande de Punilla y luego de la dorsal de la Cumbre sigue por el valle del río Dolores. Finalmente se encuentra con la estructura de las Sierras de Copacabana, Pajarillo y Masa, y entonces tuerce al noroeste por el valle del río San Marcos que desagua al embalse de Cruz del Eje. Uno de los tributarios de este río es el San Ignacio que a su vez recibe las aguas del San Jerónimo que en las cercanías de La Cumbre mediante la presa del mismo nombre forma un pequeño embalse (0,16 hm3) para abastecimiento de agua potable.
Constituye una faja larga y estrecha, de relieve deprimido, asimétrico, interrumpida por los contrafuertes estructurales que sirven como divisorias de aguas. Comprendida entre la penillanura de la Sierra Grande, y al borde abrupto de la Sierra Chica, se halla cubierta por depósitos aluvionales interdigitados con los depósitos de piedemonte de la Sierra Chica. Se caracteriza por fértiles suelos planos, cubiertos por el bosque serrano y por pastizales inducidos por la quema del arbustal de altura o la tala del bosque serrano.
El Departamento Punilla, constituye el valle serrano más importante por sus dimensiones (70 Km de longitud) y por la importancia de la actividad humana, de la que surgen los principales problemas ambientales, fundamentalmente en lo referido a la contaminación de las aguas de sus ríos, que son embalsadas en el Lago San Roque, el cual a su vez abastece, por el río Primero, su emisario, a la población de la ciudad de Córdoba. Además, con la urbanización del paisaje, hay procesos erosivos por desmontes y trazado inadecuado de vías de circulación, lo cual implica una pérdida en la calidad del paisaje y por consiguiente, en sus atractivos turísticos.
- Faldeo Occidental de las Sierras Chicas.
Constituye una estrecha faja de relieve abrupto que caracteriza a los bordes occidentales de nuestras sierras, y es consecuencia de la actividad geotectónica de la gran falla de Punilla.
Es muy notoria la ruptura de la pendiente, entre el valle y la cumbre de las sierras, las que se alinean de suroeste a noreste, desde el valle transversal del río Anisacate hasta la profunda quebrada del río Primero; de allí toma rumbo al norte hasta el nudo orográfico del cerro Uritorco, máxima altura del cordón oriental cordobés, con 1.950 m (s.n.m.), para luego bifurcarse en la Quebrada de Luna y torcer al noroeste por las cumbres de Copacabana, Pajarillo y Masa. Excepto estas últimas sierras, constituidas por sedimentos areno-conglomerádicos rojos del período cretácico, el resto de las sierras está formado por rocas cristalofílicas, coronadas en algunos sectores por retazos de conglomerados cenozoicos y más excepcionalmente por pequeños afloramientos volcánicos cretácicos.
Aquí los riesgos de erosión son mayores dada la mayor pendiente del relieve, y el manejo que se hace de la vegetación entre cuyas prácticas se destaca la tala del bosque serrano para uso de leña en hornos de cal y la quema intencional y accidental de los pastizales para eliminar los pastos duros, menos palatables para el ganado.
Comentarios
Publicar un comentario